Cocinamos para vosotros como en casa
No hacemos solo comida, hacemos recuerdos. Cada plato que preparamos tiene el propósito de reconectar con los sabores de siempre. Nos mueve una idea muy simple: daros de comer como lo haríamos en nuestra propia mesa.

Una rostisseria nacida del barrio
Nuestro local está en Sant Quirze del Vallès, pero nuestras raíces están en cualquier cocina donde se haya asado un pollo con paciencia y se haya preparado un postre con ganas. Empezamos este proyecto con la ilusión de ofrecer una comida auténtica, sin complicaciones, pensada para quienes valoran el sabor casero, el trato directo y las porciones generosas.

Nuestro día a día entre fogones
Cada mañana encendemos los hornos y empezamos a preparar los platos que luego os lleváis a casa. La cocina huele a especias, a salsa hecha a fuego lento, a patatas al caliu y a horno recién apagado. Organizamos los pedidos, cuidamos las presentaciones y servimos cada menú como si fuera para uno de los nuestros.
Lo que no negociamos en la cocina
Nuestro trabajo va mucho más allá de preparar comida. Cada decisión que tomamos en la rostisseria está guiada por valores que no cambian con las modas ni con el ritmo del día a día.
Cercanía
No vemos clientes, vemos vecinos. Y eso cambia todo. Nos gusta hablar con vosotros, saber qué os apetece hoy y recordar vuestros platos favoritos. Esa conexión diaria es la que nos hace sentir que no somos solo un local de comida para llevar, sino parte del barrio.
Calidad
La calidad no es una promesa; es una rutina. Seleccionamos cada ingrediente pensando en el sabor final, en la textura y en cómo va a aguantar hasta llegar a vuestra mesa. Cocinamos como en casa: sin conservantes innecesarios, sin prisas y con atención.
Sencillez
Lo que hacemos es simple, y así debe seguir siendo. No complicamos las recetas ni disfrazamos los sabores. Nos gusta que al probar nuestros platos, sepáis identificar cada ingrediente, cada punto de cocción.